AUSTRIA LIDERA LA LÍNEA DURA FRENTE A BERLÍN, JUNTO CON ITALIA Y EL GRUPO DE VISEGRADO

Por HERMANN TERTSCH
Enviado Especial a Viena
ABC  Viernes, 15.06.18

Estos países demandan ya la revisión de la Regulación de Dublín

Se perfila rápidamente una nueva alianza en el seno de la Unión Europea para dar un contundente golpe de timón a la política de inmigración. El día de ayer volvió a demostrar que la inmigración es la cuestión principal hoy en la agenda europea y que tiene todo el potencial de conflicto para derribar gobiernos y provocar un choque entre alianzas de diversos países que ponga en jaque la propia Unión Europea. En algunos países, la posición partidaria del endurecimiento legal ya es absolutamente dominante mientras en algunas capitales y especialmente en Berlín, saltan chispas entre aliados. En Viena hay un gobierno que no tiene problemas de cohesión al respecto y que se beneficia de los éxitos de su jefe en el exterior. Porque el joven canciller austriaco, Sebastian Kurz, gana rápidamente posiciones y fuerza como cabeza visible de esa nueva alianza. De momento lidera ya con los ministros del Interior de Alemania, el bávaro Horst Seehofer, y de Italia, Matteo Salvini, el grupo que promueve un claro endurecimiento, un rápido retorno a la defensa de las fronteras y soberanía y lucha abierta contra los traficantes y contra las actividades de muchas ONG que se consideran colaboradores necesarios en las redes. Además se demanda la revisión de la Regulación de Dublín. La proclamación de este eje de Viena, Roma, Berlín, hecha por el propio Kurz, con el ministro alemán del interior ya era una declaración de guerra a la postura oficial de la Comisión Europea y ante todo a Angela Merkel, hecha en el corazón de Berlín.
El canciller austriaco, Sebastian Kurz

El impulso a esta iniciativa por parte de la CSU desataba la crisis en la coalición alemana. También el FDP de Christian Lindner exige «claras reglas para la inmigración» y habla de la necesidad de un giro general. El derechista Alternativa por Alemania observaba ayer con gusto el desarrollo de la guerra entre democristianos y deseaba a todos «buena suerte en las elecciones anticipadas».

Proteger a Europa
Con este endurecimiento súbito de las posturas entre miembros fundadores en la UE como son Italia y Alemania, en la UE se forma rápidamente con los países del Grupo de Visegrado (Hungría, Polonia, Chequía y Eslovaquia) así como otros menores una muy considerable fuerza de oposición a la política defendida por la Comisión y por la canciller alemana, cada vez más sola. Viktor Orban y otros líderes del frente cada vez más amplio insisten en que no se trata de antieuropeísmo, sino de proteger a Europa de una situación que pronto pueda ser insostenible. Esta actitud cada vez tiene más eco y apoyo en las sociedades europeas con el consiguiente reflejo en los resultados electorales. Uno de los objetivos de mayor urgencia es el rápido y eficaz fortalecimiento de las fronteras exteriores con la financiación de campos de refugiados en países ribereños del Mediterráneo y el control de los buques de las ONG, muchas de ellas sospechosas de tener un sistema de recogida de inmigrantes coordinado con traficantes. El control eficaz de la fronteras exterior es la única posibilidad ya de impedir a medio plazo el restablecimiento de los controles en las fronteras interiores que acabaría con el espacio Schengen, una de las conquistas de la Unión Europa más valoradas por las sociedades que lo disfrutan.

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